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Comuniones, cumpleaños....racionalicemos los regalos del niño

ABC
Muchos habremos asistido a algún cumpleaños o Primera Comunión en la que un niño aturdido abre un paquete tras otro sin casi prestar atención a ninguno de ellos. Este tipo de citas son días especiales y de celebración, quién lo duda, pero no saquemos las cosas de quicio. Aprovechando que los padres cada vez se preocupan más por los juguetes de sus hijos y por lo que éstos transmiten, hemos elaborado, de la mano de CuCuToys, una serie de recomendaciones para racionalizar las celebraciones de los niños y el «aluvión de regalos» que a menudo conllevan. Estos consejos están pensados, indica Gonzalo Conejero, socio fundador de esta web especializada en juguetes, «tanto para los familiares de los niños como para los de los invitados a la celebración, y ponen el acento en una compra meditada de juguetes y en la calidad sobre la cantidad en cuanto a lo que compramos».
Estas son las sugerencias de Conejero para regalar de una forma responsable:
1. Las personas son lo más importante. En una celebración los asistentes son más importantes que los regalos. Es decir, los regalos forman parte del ritual, pero con toda seguridad si el niño, pasado el tiempo, guarda un buen recuerdo de aquella celebración no será por los obsequios que recibió, sino por lo bien que lo pasó jugando con sus amigos y familia.

2. La unión hace la fuerza. La acumulación de regalos de baja calidad es muchas veces producto de que los invitados no saben que regalar y compran cualquier cosa para salir del paso. Si se consigue que los invitados sumen esfuerzos para comprar entre todos uno o dos regalos más duraderos, fiables y que el niño realmente aprecie, todos saldrán ganando.

3. Jugar sobre seguro. El juego y los juguetes son factores esenciales para el aprendizaje del niño. Por lo que ya son muchos los padres y madres que se preocupan por analizar lo que transmiten los juegos y por elegir el juguete que quieren para sus hijos. Una forma de facilitar las cosas y de evitar regalos indeseados es confeccionar una posible lista de juguetes que guste tanto a los niños como a sus papás y mamás.

4. Ellos también opinan. No hay que tener miedo de preguntar a nuestros hijos. Si les planteamos que en lugar de un montón de regalos intrascendentes por su cumpleaños, reciba sólo uno o dos que les hagan especial ilusión, seguramente la respuesta será afirmativa. E incluso, yendo un paso más allá, si quieren donar alguno de esos regalos que reciban a una ONG para que otros también puedan disfrutar de juguetes. Es posible que nos sorprenda gratamente su respuesta.

5. Los niños absorben lo que ven. Los más pequeños imitan lo que tienen cerca y aprenden de cada una de sus vivencias. Si les sepultamos en regalos les estaremos iniciando, seguramente sin quererlo, en unos hábitos peligrosamente consumistas, además de impedirles disfrutar y valorar en su justa medida cada uno de esos obsequios.

6. Si se comparte, mejor. Aunque muchos no lo confiesen abiertamente, los mayores también se lo pasan bien jugando y si es con sus hijos, mucho más. El juguete 10 es aquel que gusta a los pequeños, pero también un poco a los mayores. Lo suficiente como para propiciar horas de juegos compartidos en la que unos y otros pasen un buen rato juntos.

7. Cumplir años es natural. El día de su cumpleaños es un día especial y de celebración, quién lo duda, pero no saquemos las cosas de quicio. Ni todo es posible en ese día único, ni uno se convierte en rey o reina durante las 24 horas de su cumpleaños. Transmitir a nuestros hijos una concepción más natural del hecho de cumplir años minimizará posibles reacciones narcisistas y arbitrarias entorno a las fiestas y a los regalos de cumpleaños.

8. Reutiliza. Los juguetes duraderos pueden tener una segunda y hasta una tercera vida. Si el «cumpleañero» es más pequeño siempre puedes sugerirle a tu hijo que escoja entre los juguetes que ya no usa. Hay que encontrar uno que esté en buen estado y que tu niño quiera regalarle. Con este gesto le estaremos mostrando una de las bases de la ecología, la de reutilizar las cosas en buen estado.

9. Menos es más. Si se produce una avalancha de regalos al niño no le dará tiempo de asimilar lo que acaba de recibir y de disfrutar los regalos en su justa medida. Eso por no mencionar que posiblemente algunos de ellos serán de baja calidad y que muchos quedarán olvidados en el fondo del armario. Vale más la calidad que la cantidad.
ABC, Jueves 14 de mayo de 2015

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